3 de Abril de
1982:
"A las 11 del día 3 de abril, la corbeta ARA Guerrico
ingresó en la bahía Cumberland precediendo, como estaba ordenado, al ARA Bahía
Paraíso que había lanzado al Alouette en tareas de exploración.
A las 11:10 se intimó por radio la rendición de Grytviken,
haciendo mención a la caída de Malvinas y desalentando una inútil resistencia
al desembarco. El mensaje fue recibido por el jefe de la base científica del
British Antartic Survey —BAS—, un civil que en respuesta, usando otra frecuencia
de radio (para ser escuchado por el HMS Endurance), dijo no tener instrucciones
y pidió tiempo para aclarar la dualidad de órdenes recibidas de su Gobernador
desde Malvinas en el sentido de rendirse, y las de su gobierno en Londres
ordenándole ofrecer resistencia.
El comandante del GT 60.1 no
concedió la prórroga y ordenó que todo el personal inglés se agrupara en un
lugar en la costa que fuese fácilmente observable, agregando que destacaría un
helicóptero de exploración para verificar el cumplimiento de la orden. Mientras
tanto, el helicóptero que sobrevolaba la bahía informó que no veía gente en
tierra y que estimaba que no habría resistencia al helidesembarco.
La respuesta británica fue ambigua. Mientras el personal del
BAS se había concentrado en la iglesia de la vieja factoría, el jefe de la base
pidió parlamentar con el comandante argentino, solicitando que no se produjera
ningún desembarco por considerar este hecho como "muy provocativo"
(sic) e informando que "había en la base personal militar con orden de
nuestro gobierno de resistir si los argentinos desembarcan".
Agregaba en defensa de su parlamento que "si la Argentina
desembarcaba, el asunto pasaría a ser militar y por ende fuera de sus
atribuciones".
Mientras esto sucedía, el Alouette, que sobrevolaba la zona,
eligió el lugar de desembarco y comenzó el guiado del Puma con la primera ola
de infantes, a la vez que incluía en su mensaje que apreciaba no habría
resistencia.
Es conveniente aclarar que el jefe de la fracción de Infantería
de Marina había dividido su personal en tres grupos para el desembarco. El
primero, conducido por él mismo, se trataba de un grupo de tiradores (en total
15 hombres) y una ametralladora pesada MAG; un segundo grupo similar, conducido
por el segundo jefe de la fracción, y un tercero, a embarcar en el último
vuelo, compuesto por 10 hombres y los morteros de 60 mm.
Pocos minutos después, a las 11:35, durante su aproximación y
penetración en la caleta Capitán Vago, la corbeta divisó personal armado en
tierra moviéndose en proximidades del edificio principal en Kin Edward Point,
al que los argentinos llamaban "hospital" (Shackleton House), y
comunicó esta novedad al Bahía Paraíso; comunicación que fue interceptada por
el piloto del helicóptero Alouette.
Este sobre la base de la información recibida y en previsión de
probables problemas cambió su ruta de vuelo y, en lugar de usar el derrotero
previsto que atravesaba la bahía, guió al Puma por una hondonada entre las
montañas y las domadas que se encuentran más hacia el mar, bordeando luego la
costa desde la factoría hacia las instalaciones del BAS en Ki ng Edward Point,
para aproximarse al lugar de desembarco elegido, en proximidades del muelle.
Asentados los infantes en tierra a las 11:41 sin novedad,
estableció enlace con la Guerrico que le informó del movimiento de personal
armado en tierra en inmediaciones del hospital (Shackleton House).
A partir de ese momento los hechos se desarrollaron en una
rápida sucesión. Por esta razón los trataremos separadamente para su mejor comprensión,
ya que fueron produciéndose simultáneamente o bien con espacios de tiempo muy
breves y sin solución de continuidad.
El comandante del GT 60.1 seguía cursando sus comunicaciones
con el jefe del BAS, quien por su parte solicitaba tiempo para tomar una
decisión, intentando demorar el desembarco, e informaba que el Endurance
negociaba con Londres. El operador británico puntualizaba que los civiles no
intervendrían pero que había Royal Marines en la isla, cuyas intenciones
desconocía.
La corbeta había terminado su primera penetración. Su
comandante, apreciando que no era conveniente mantenerse permanentemente en el
interior de la dársena porque su maniobra estaba comprometida por la presencia
de numerosos cachiyuyos y un gran boyón de amarre, y en cumplimiento de lo
ordenado por el GT 60.1, decidió efectuar tantas penetraciones sucesivas como
fuera necesario, y dio comienzo a su segunda entrada.
Los 15 infantes desembarcados iniciaron su aproximación al
Hospital, tomando cubierta en las construcciones del BAS próximas al muelle.
El helicóptero Puma en el Bahía Paraíso despegó a las 11:47 con
la segunda ola de infantes, de acuerdo con lo previsto, mientras que el
Alouette sobrevolaba la zona del Hospital, sin observar novedades.
Instantes después, en el ARA Bahía Paraíso se interceptaba una
comunicación del HMS Endurance que ordenaba a Grytviken "proceder como se
había ordenado" (sic).
El teniente Luna pidió a la Guerrico, pues no tenía ligazón
directa con el comandante del GT 60.1 embarcado en el Bahía Paraíso, que
alterara la secuencia de las próximas olas helitransportadas y solicitó el
despacho urgente de los morteros, en previsión de acciones del personal armado
que la Guerrico había avistado. Este pedido no pudo ser satisfecho porque ya
había decolado el helicóptero con la ola prevista originalmente.
El Alouette guió al Puma en ruta directa a un lugar más al este
que el anterior, más cercano al Hospital, y en el instante en que el Puma
estaba por posarse en tierra recibió un nutrido fuego que le produjo serias
averías. Retomó altura abandonando la zona y se dirigió a la costa opuesta.
Aterrizó en emergencia en Punta "The Hummooks" e informó
posteriormente que tenía bajas en el personal y averías que impedían la
utilización del helicóptero.
Eliminada la amenaza de la segunda ola, el grupo inglés
enfrentó con decisión a la fracción argentina, cuyo jefe indicó a la Guerrico
la posición del enemigo para que lo batiera con sus armas. El comandante de GT
60.1 ordenó también a la corbeta, que iniciaba una segunda penetración en la
caleta, que abriera fuego con urgencia, mientras que el Alouette se dirigía al
lugar de aterrizaje de emergencia, mientras que el Alouette se dirigía al lugar
de aterrizaje de emergencia del puma a evacuar las bajas sobre las que había informado:
dos muertos, los conscriptos Aguila y Almonacid, y cuatro heridos.
A las 11:55 el ARA Guerrico abrió fuego con un decepcionante
resultado: su montaje de 20 mm
de estribor se trabó con el primer disparo y el de 40 mm con el sexto.
Totalmente comprometido en su penetración, pues debía continuar
para poder virar dentro de la dársena, el buque recibió a las 11:59 el impacto
directo de armas automáticas y de un lanzacohetes Carl Gustav de 89 mm, que produjeron un
muerto —el cabo primero de mar P. Guanca—, cinco heridos y daños considerables.
El Puente de Comando presentaba más de doscientas perforaciones.
Luego de virar dentro de la caleta se marchó a máxima
velocidad, tratando de alejarse para reparar sus armas fuera del alcance del
enemigo. Pero no pudo evitar ser batida nuevamente al pasar por proximidades de
la posición enemiga y abrió fuego con su montaje de 20 mm de babor, que también
se trabó.
Con sus armas de menor calibre fuera de servicio efectuó un
disparo con su cañón de 100
mm, que de inmediato se trabó.
Mientras tanto se había ordenado a la dotación del Puma
abandonar el helicóptero, cuyos heridos habían sido trasladados al Bahía
Paraíso por el Alouette, y marchar para apoyar la acción que se desarrollaba en
la costa opuesta. Los pilotos del Puma, oficiales del Ejército Argentino,
pidieron órdenes y fueron autorizados a unirse al personal de Infantería de
Marina para entrar en combate, mostrando así una clara y decidida actitud digna
de elogio. El objetivo era llegar a la factoría de Grytviken, con el propósito
ulterior de tomar contacto con la primera ola del teniente Luna.
Este movimiento no alcanzó a concretarse ante la supuesta
presencia de un campo minado en la ruta de aproximación; hecho éste que fue
discutido como poco probable por el teniente de corbeta I. M. Giusti, jefe del
segundo grupo helitransportado.
El Alouette de la Armada ya había iniciado el desembarco de
infantes dotados de morteros en la factoría mencionada, casi al mismo tiempo
que la Guerrico, en proximidades de la roca Hobart, reiniciaba su fuego de
apoyo con ametralladoras de 40
mm, con spotting desde tierra, primero sobre la parte
alta de la montaña, y luego sobre los edificios del Hospital con el fin de no
producir bajas.
A las 12:48 aparecieron paños blancos británicos en la zona del
Hospital.
Luego de unos instantes de incertidumbre, se fue afirmando la
idea de que los británicos se rendían, si bien no abandonaban sus posiciones.
Un oficial inglés se acercó finalmente a las líneas argentinas y expresó su
decisión de capitular, manifestando "he cumplido la misión de obligar a
las fuerzas argentinas a actuar en forma beligerante para la conquista de
Grytviken" (sic).
Acatando las instrucciones argentinas, entregó su personal y
las armas e informó el lugar, tipo de voladuras, minas y trampas explosivas
colocadas para la defensa, las que fueron levantadas y desactivadas por
personal argentino e inglés.
La reconquista de Grytviken era ya un hecho.
Por la tarde de ese día 3 se inició el traslado de prisioneros
a los buques argentinos, se desembarcaron elementos, víveres, y otros para la
logística de los 36 hombres de Infantería de Marina (restados los 2 muertos y
los 3 heridos, pues el cabo Ibáñez volvió a tierra para estar con su gente) y
un grupo de 5 voluntarios de las dotaciones de los buques, quienes recibieron
en ese instante órdenes de prepararse para una estadía prolongada en la zona.
La corbeta ARA Guerrico reparó sus daños recuperando el 50 por
ciento de su capacidad misilística e informó que estaba lista para la travesía
de regreso. A las 20:10 el Bahía Paraíso abandonó Grytviken, dejando en tierra
a 41 hombres, que aún no recuperados de las acciones vividas y de las bajas
sufridas tomaban contacto por primera vez con las instalaciones donde debían
permanecer.
El buque tomó Puerto Leith y, mientras la corbeta patrullaba la
entrada a Bahía Stromness, recuperó el personal de su grupo de desembarco,
formado inicialmente para la protección de los chatarreros, y desembarcó al
Grupo Alfa que debía permanecer en ese lugar.
El comandante del GT 60.1 cursó los primeros requerimientos de
personal y material para el refuerzo de la defensa de las islas y a las 3:15
del día 4 ambos buques zarparon rumbo a Río Grande, en Tierra del Fuego. Ese
mismo día, el comandante de Operaciones Navales almirante Lombardo recibió la
orden de asumir d control operativo de GT 60.1, control que como hemos visto
ejercía el jefe del Estado Mayor General de la Armada.
El almirante Lombardo dispuso anular los requerimientos
formulados por d GT 60.1 y no destacar refuerzos para Grytviken en forma
inmediata, hasta poder estudiar el problema en detalle.
Quedaron argentinos, entonces, en Grytviken y en Leith, a los
que también se sumaron algunos científicos ingleses, que por estar cumpliendo
sus tareas en el interior de la isla no alcanzaron a embarcarse en los buques
que se alejaban.
Ambas dotaciones comenzaron de inmediato las tareas de
ubicación del personal, de reconocimiento de las instalaciones, de estiba de
víveres y material."